Obesidad circulatoria capilar:
En el tipo de obesidad circulatoria capilar, la grasa se acumula de forma invasiva tanto en miembros superiores como inferiores, y está ligada directamente con la herencia genética. Suele aparecer en forma de celulítis durante la pubertad y se va agravando lentamente hasta llegar a ser un problema circulatorio grave.
Los síntomas son característicos, ya que se produce una excesiva intolerancia al frío, y una necesidad constante de administrar calor al cuerpo.
Obesidad circulatoria venosa:
La obesidad circulatoria venosa es otro tipo de obesidad, que se reproduce en los miembros inferiores, está íntimamente ligada a la herencia genética, comenzando habitualmente en la pubertad, y agravándose en los embarazos y con brotes de flebitis o periflebitis.
Los síntomas son contrarios a los de la obesidad circulatoria capilar, mostrando una elevada intolerancia al calor, y una excesiva pesadez de piernas con inflamación y edemas en los tobillos.
Es indispensable para ambos casos asistir a un médico especialista que nos diagnostique las causas exactas, nos oriente para solucionar nuestro problema de obesidad y que nos proponga un tratamiento adecuado.
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