Mimar nuestro cuerpo, cuidar nuestro estómago y deleitar el paladar no tiene por qué ser contradictorio. En contra de lo que pudiera parecer, ni comprar ni comer son dos cosas fáciles de conjugar en una sociedad tan llena de recursos como de información.
Olvidar nuestra nutrición y despreciar nuestro aparato digestivo suele parecernos útil para mantenernos en forma: sustituir el desayuno por un café, saltarnos comidas, fumar porque quita el hambre son recursos muy generalizados. En estos casos también compramos cantidades ingentes de fruta que terminará criando moho en el frigorífico, o entramos en una tienda de dietética y consumimos como locos: algas, jaleas, lecitinas, reconstituyentes, cereales, panes y macarrones integrales que no sabemos muy bien como consumir ni preparar.
La alimentación también tiene sus reglas, y aunque son pocas y sencillas, a veces no resulta fácil orientarse por la cantidad de productos que existen en el mercado y están a nuestro alcance.
ALGUNAS REGLAS BASICAS
-La mitad de las proteinas y los lípidos tienen que ser de procedencia vegetal. El 10% de las grasas serán poliinsaturadas. El colesterol y los monoinsaturados, combinados con tabaco, estrés y obesidad, son factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
-Debe existir un equilibrio entre los aportes nutritivos y las necesidades del organismo. Hay que comer frugalmente basando nuestra alimentación en productos frescos y variados.
-Es conveniente tomar entre un litro y litro y medio de agua al día.
-Una dieta equilibrada debe tener un aporte entre un 15 y un 25% de los aportes calóricos que sean proteínas, entre un 25 y un 30% de grasas, y el resto hidratos de carbono.
-Hay que tomar como mínimo treinta gramos de fibra dietética diaria, o bien 5 o 6 de fibra cruda. En vez de acudir a los laxantes, es más aconsejable siempre ingerir dos o tres cucharaditas diarias de lino y cascarilla de trigo u otro cereal al 50%. Esto dará lugar a que en vez de anestesiar el intestino, le dará fuerza y le ayudará a recuperar movilidad.
-Debemos limitar el consumo de azúcar blanco a 50 gramos por día como máximo.
«Es más difícil cambiar los hábitos alimentarios que los religiosos». Si queremos intervenir de verdad en nuestra nutrición, deberemos seguir unas normas dietéticas sanas, conocer bien los alimentos y participar activamente en nuestra alimentación. «Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un pobre alarga la vida». Como dice este proverbio, nuestro cuerpo necesita mucha energía al levantarse, ya que lleva 8 horas sin combustible. A medio día, deberíamos comer con moderación, más aún si después tenemos que trabajar, pues de lo contrario emplearemos las fuerzas en la digestión.
Comentarios recientes