Conocimos su existencia en la célebre tercera saga de Indiana Jones. Pero este paisaje escultural de cuento, que parece casi imaginada, producto de la imaginación fantasiosa y aventurera de sus directores Lucas y del encantador Steven Spielberg, no es un sueño. Es Petra.
O tal vez sí que sea un sueño, pero un sueño avistado por cientos de turistas que cada año visitan las ruinas de esta antigua y misteriosa ciudad de Petra. Constituye una de las maravillas del mundo. Uno de esos lugares que una persona no debería morir sin visitar, pues su contemplación eleva hasta el mismo cielo.
La realeza semiperdida
Se encuentra ubicada en el desierto de Jordania. Su construcción está hecha en roca rojizas por una antigua tribu árabe de la zona, los nabateos.
Si visitas Petra, puedes vivir la maravillosa experiencia de entrar a la ciudad perdida. Y hacerlo como si tú mismo fueses un aventurero Indiana Jones, pues tendrás que entrar en el Siq, un estrecho cañón que está rodeado de acantilados. No apto para quienes sufren de miedo a las alturas, ochenta metros separan este lugar del suelo.
Impacto a cada paso
El impacto visual está garantizado, tu cámara no tendrá descanso en este viaje. Y es que si ya la ciudad de por sí es llamativa, la fachada de la tumba del rey nabateo te dejará sin aliento. No sabrás si es real o sufres una hermosa y rosada alucinación.
Y si la aventura te ha parecido corta, no te desanimes. Aún te quedan los paseos en camello, y la posibilidad de dormir en el desierto. ¿Puedes soñar algo mejor?
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