Los jabones son un elemento fundamental en la higiene diaria de todo el cuerpo. Los utilizamos más de dos o tres veces al día, por lo que resulta esencial saber qué jabón es el más conveniente.
Los tips de un buen jabón
Existen muchos tipos de jabones, todos con la misma finalidad: limpiar y eliminar las impurezas y las células muertas de la superficie de la piel.
Pero un buen jabón no es sólo aquel que cumpla con esa finalidad, ya que existen otros factores que hacen a un buen jabón. Uno de ellos, es evitar que la piel se irrite o se seque.
Por lo tanto un buen jabón deberá higienizar la piel, sin producir inconvenientes en la misma a causa de su uso.
Jabones alcalinos versus jabones neutros
Los jabones pueden dividirse básicamente en dos categorías: aquellos que se producen en base a cebo, de origen animal, (o alcalinos) y aquellos jabones naturales de pH neutro.
Los jabones demasiado alcalinos pueden traer ciertos inconvenientes, como irritación o sequedad, o bien pueden producir diferentes molestias en la piel. Además, este tipo de jabones suele contener aromatizantes y desengrasantes que pueden dañar la piel.
Los jabones neutros, resultan más beneficiosos para la piel, ya que poseen un pH similar al de esta última. Estos jabones además, presentan la gran ventaja de no centrarse demasiado en el aroma, el color o la cantidad de espuma que generan, las cuales son características más importantes para la venta, que para la salud de la piel. De esta manera, este tipo de jabones presenta menos reacciones no deseadas en la piel.
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