Las relaciones de pareja pueden ser de miles de formas diferentes. Existen relaciones basadas en el respeto y el amor mutuo, mientras que existen otras basadas en sentimientos de dependencia. Entre estas últimas, se encuentran las relaciones manipuladoras, un tipo de relación que destruye a la pareja.
La persona dependiente
Las relaciones manipuladoras se dan, generalmente, porque uno de los integrantes de la pareja es dependiente del otro.
La dependencia afectiva hace sentir a quien lo padece inferior al otro dentro de la pareja, por lo que espera que el otro miembro solucione todos sus problemas, creando un lazo de dependencia, parecido a una adicción.
La persona dependiente tiende a responsabilizar al otro por todos sus problemas, generando en este un sentimiento de culpa, con el que permite, sin darse cuenta, ser manipulado.
Esta falta de libertad de decisiones y acciones por parte de uno de los integrantes de la pareja, elimina su individualidad y libertad, algo que a corto o largo plazo traerá serios conflictos, que pueden llevar al agotamiento.
Cómo resolver una relación manipuladora
Las relaciones manipuladoras nunca resultan positivas para ninguna parte de la pareja, por lo tanto es importante, luego de reconocerla como tal, terminar con ella, teniendo en cuenta lo siguiente:
- Terminar de una vez y para siempre. Estas relaciones dañan, por lo que deben terminarse de una vez y para siempre. No sirve terminarla de a poco, ya que seguirá causando dolor.
- No sentir culpa. La persona dependiente, esperará que el otro actúe tal y como quiere, haciéndole sentir culpa si no lo hace. Esto está muy mal, ya que en la pareja la individualidad también debe existir.
- Hacer lo que a uno le hace bien. Es importante volver a encontrarse con viejas amistades y volver a las actividades placenteras.
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