Para reducir las posibilidades de hipertensión, consume alimentos bajos en sal y sodio.
Que tu dieta sea equilibrada en colesterol y grasa saturada. Tu salud lo notará.
Ten muy en cuenta que la dieta mediterránea es muy rica en vegetales, legumbres, frutas y aceite de oliva. La excelencia de estos alimentos hace que no deban faltar en cualquier dieta que llevemos a cabo.
Los azúcares contienen pocos nutrientes y muchas calorías. Por ello, no se recomienda su uso en exceso.
El alcohol es muy abundante en calorías, por lo que puede acarrearnos problemas de peso y salud.
Tus alimentos deben ser lo más variados posible. De esa forma te aportarán vitaminas, minerales, fibras y proteinas, todo lo necesario para que tu cuerpo esté en forma.
Haz ejercicios diarios, en casa o en algún gimnasio, que mantengan tu cuerpo ágil y saludable. Evitarás además muchas enfermedades propias de la vida sedentaria, que suele acarrear siempre tratamientos y medicación, cuando no enfermedades más importantes.
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