El divorcio es una etapa de transición que resulta difícil de asimilar no solo para los miembros del matrimonio sino para sus mascotas. Estos, de manera similar que los hijos pequeños y jóvenes, pueden experimentar muchos cambios en su comportamiento. Dediquemos unos instantes en averiguar como evitar que el divorcio afecte también a sus mascotas.
Las mascotas son parte de la familia
En casa por lo general tenemos un perro, un gato, una cotorra o cualquier otro animalito con el que compartimos buenos minutos del día. Para muchos estas mascotas son consideradas como si fueran hijos o ahijados. En pocas palabras, también son parte de la familia. Por un lado las mascotas pueden sentir apego por todos los miembros de la familia, entre conyugues e hijos (si los hay). Por otro lado estas pueden solamente identificarse más con uno de los miembros de la familia.
El estrés de las mascotas
El divorcio significa separación y esta situación puede causar estrés en las mascotas. Cuando un matrimonio acaba por divorcio, como mínimo un miembro de la familia sale del hogar. Muchas veces pensamos que nuestras mascotas están ajenas del proceso del divorcio pero no siempre es así. Las mascotas expresan su estrés de una manera casi similar a la que los humanos lo realizan. Por ejemplo, un perro puede dejar de comer por días, se pueden escapar de casa, pueden llegar a desarrollar agresividad e incluso en los peores casos pueden llegar a sufrir un colapso nervioso.
¿Qué hacer antes de ejecutarse el divorcio?
Cuando se tiene una mascota muy querida en casa, sea cual sea la causa del divorcio, los futuros ex cónyuges deben hacer un trabajo previo similar al que se debe hacer con los hijos. Así es recomendable no discutir en presencia de las mascotas. Si hay varios temas que tratar, en los que se sabe que se puede salir de control en cuanto al tono de voz, es preferible retirar a las mascotas o hacerlo en un ambiente cerrado. Esto es para no trasmitir la energía, generalmente negativa durante ese periodo.
Es obvio que uno de los cónyuges se quedará con la mascota. Así una vez decidido quién será. Este debe compartir más con la mascota y quien sale de la casa debe dejar de hacerlo. Así su mascota podrá asimilar los cambios. Aparte de este cambio es recomendar no cambiar las demás rutinas. La idea es lograr que la mascota vea al ex cónyuge como aquel familiar que viene de vez en cuando, que es recibido y despedido sin llegar a la ansiedad.
Así no debemos dejar de lado a las mascotas cuando la única solución para el matrimonio es el divorcio. Preparándolos con tiempo podemos estar tranquilos que no sufrirán las consecuencias de nuestras decisiones.
Foto: flickr.com/photos/javiercarideulloa/5190196111
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