Desde siempre nos enseñaron que la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma. Sin embargo el proceso de esta transformación demanda un consumo de energía y provoca contaminación ambiental. Ante diversos productos del día a día veamos las formas que juntamente al reciclaje apropiado nos ayudaran en el ahorro de energía.

El agua y los envases plásticos

A diario escuchamos muchas voces que nos dicen que evitemos comprar agua o diversas bebidas en envase plástico ya que este tarda mucho tiempo en bio-degradarse y que en su proceso de fabricación se contamina el ambiente. Sin embargo usted como uno de millones de consumidores que existen puede tomar acciones muy acertadas. En lugar de comprar agua en botella en el trabajo, en la calle o al hacer deporte, lleve la que dispone en casa. Ahora si no le queda otra opción, no abandone el envase plástico a su suerte y llévelo con usted hasta encontrar un contenedor de reciclaje. El problema de los envases plásticos, pese a que son reciclables es que gran parte no cierran el ciclo.

El papel y los metales

El papel y los metales con los que tenemos contacto a diario también influyen en el consumo de energía de parte de las empresas que fabrican papel y sus derivados usando como materia prima la celulosa de los arboles. Esto mismo sucede con aquellas empresas que procesan metales como aluminio, cobre y hierro principalmente. Medidas como la reutilización del papel hasta el desecho apropiado de éste, sus derivados (de la celulosa) y de los metales en cuestión pueden lograr que sea menos la necesidad por materias primas.

Así, si toda materia transformada industrialmente en productos que nos facilitan el consumo en general es encaminada en el ciclo del reciclaje podremos ayudar a reducir el consumo energético y contaminación generados en la obtención y procesamiento de las materias primas.