Con el verano a las puertas, algo que puede incrementar notablemente nuestro consumo eléctrico es el uso continuado del aire acondicionado. A continuación os indicamos algunos trucos para utilizar menos y más adecuadamente nuestro aire acondicionado:
No dejes que se escape el aire frío. Sin duda uno de los problemas para que nuestro aire acondicionado tenga que estar continuamente encendido es que todo el aire refrigerado se escapa por ventanas y puertas abiertas.
Por eso, si logramos reducir la temperatura de una habitación deberíamos poder mantenerla fácilmente si no dejamos que se escape el aire frío ni que entre otro más caliente. Aunque esto es ideal para ahorrar en nuestra factura eléctrica, es indispensable también ventilar la habitación cada cierto tiempo ya que este tipo de aparatos reseca bastante el aire, por lo que nuestra garganta y pulmones se pueden resentir.
Un pequeño truco para aumentar la humedad en la habitación es tener recipientes decorativos llenos de agua por toda la habitación.
En verano, no sólo el sol calienta nuestros hogares, también los aparatos eléctricos que disponemos pueden hacer que la temperatura de nuestra habitación suba notablemente. Televisores, ordenadores y en particular la iluminación con bombillas harán que nuestro gasto energético para refrigerar la habitación aumente considerablemente.
Recuerda que para la mayoría de las personas, la temperatura óptima para estar agradablemente está entre 23 y 24º C, aunque en la calle puedan llegar hasta 50ºC (como en Sevilla), bajar más temperatura dentro de casa puede hacer que podamos enfermar por el shock del cambio de temperatura.
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