Genjitsushugisha no Oukokukaizouki vol 3 español episodio 4

Capítulo 1 – Proyecto Lorelei D

Después de que Juna-san terminara, Pamyu volvió a cantar. Dado que aun no teníamos suficientes cantantes, decidimos que cada una cantara dos veces en la emisión. Elegí el momento en que Pamyu acababa y Nanna empezaba su segundo turno para llevarme a Aisha a un lugar la gente no pudiera ver.

«Q-qué pasa, ¿su majestad? Estamos en directo todavía, ¿no?»

«Te he dicho que estoy intranquilo sobre una cosa de la transmisión, ¿verdad? Me refiero a lo que viene después de Nanna.»

Traté de estar lo más calmado posible delante de la desconcertada Aisha.

«Cuando el siguiente número empiece, cuento contigo como guardaespaldas.»

«¿Qu-? No me digas, Juna planeaaaammmm.»

Usé mi mano para cubrir la boca de Aisha que estaba a punto de gritar en medio de la emisión. Una vez se mantuvo quieta adecuadamente lo negué con la cabeza.

«No Juna. Después de la actuación de Nanna, vendrá un cantante en medio.»

«Mmmpuh… ¡No, no he oído hablar sobre esto!»

«Que te lo he dicho, es una cosa repentina. Fue decidido justo antes de la emisión. Si te lo hubiera dicho mucho antes de que pasara, te hubieras concentrado en eso, y hubieras dicho las líneas torpemente.»

«… Mmpuh… n-no puedo rebatir eso.»

Parece que Aisha era consciente de ella misma, aunque murmuró algunas palabras en una voz muy bajita. Puse mi mano encima de su cabeza.

«Si pasara lo peor cuento contigo. Ya que eres la presentadora puedes llevar tu espadón, aunque… ¿debería conseguirte armas pequeñas?»

«No, en ese caso lucharía con los puños… Espera, ¿es ella tan peligrosa?»

«Bueno, si todo va como he pensado, no debería ocasionar ningún problema. Esto solo es precaución al fin y al cabo.»

«Es precaución… De acuerdo, protegeré a su majestad con mi vida.»

Aisha golpeó su pecho con un ruido sordo. Se la veía muy confiable en momentos como ese. Y ahora… ¿saldrá un demonio o una serpiente..?

◇ ◇ ◇

Cuando el segundo turno de Nanna acabó, el ambiente era relajado entre las gentes de Amidonia. Genuinamente disfrutaban del espectáculo musical. Se podía deducir a partir de la secuencia que Juna Douma era la siguiente así que todos se mostraban ansiosos por escuchar su voz otra vez.

Pero unos instantes después la atmósfera se deshizo. En la emisión se encontraba una mujer de una edad de aproximadamente entre unos cuarenta y cincuenta años. Medía cerca de dos metros y tenía unos músculos que podían verse incluso a través de su uniforme militar. Su rostro era severo y tenía el cabello recogido así que a decir verdad era difícilmente reconocible como mujer en primera instancia. De hecho, solo los amidonianos reconocieron que era una mujer; los elfridonianos inclinaban sus cabezas en confusión: «¿qué hace este hombre viejo repentinamente aquí?»

A su lado, Souma y Aisha hicieron su aparición. Souma tenía la típica sonrisa amplia de un presentador mientras que Aisha llevaba una mirada reservada mirando a la mujer. Souma de repente aclaró.

«Bueno, parece que tenemos una actuación de una invitada. Ella es Margarita Wanda, del Principado de Amidonia. Mientras el ejército de defensa abandonaba Van, se mantuvo atenta a fin de asegurarse que los civiles no recibieran daño alguno como se prometió.»

Los ciudadanos de Amidonia asintieron. Eso suena a lo que haría Wanda, pensaron. Incluso en el Principado de Amidonia, donde una mujer tenía pocas posibilidades de hacerse valer, consiguió alcanzar el rango de teniente general con su liderazgo y valentía. Los ciudadanos temían su valor y su apariencia severa pero en realidad tenía buen carácter y buen comportamiento. No obstante, era eso lo que parecía raro. Qué hacía Wanda en el escenario al lado de Souma.

«Wanda se encuentra aquí en calidad de prisionera de guerra, pero debido a las razones de su captura, deberá permanecer en arresto domiciliario. Cuando oyó sobre nuestra transmisión hoy, se dijo a sí misma, «me gustaría cantar a mí también.»

«……»

«Souma lo dijo alegremente pero Margarita se mostraba calmada. Notando el rígido ambiente entre los dos, a los ciudadanos de Van le recorrieron escalofríos por la espalda.»

«Oye, ¿qué crees que va a pasar?»

«Acaso quiere Wanda utilizar esta oportunidad para matar a Souma?»

«No, bueno, creo que Wanda nunca haría algo tan rastrero como eso…»

«Fíjate en la cara de la elfa oscura. Está obviamente en guardia.»

«Souma también parece tenso aunque esté sonriendo.»

A pesar de que eso estaba ocurriendo en el castillo real, a una cierta distancia de donde se encontraban, la audiencia de Van era capaz de darse cuenta el irrespirable aire que había. En ese tipo de atmósfera, Souma continuó presentando con una sonrisa.

«Escuchemos de Margarita Wanda… Más allá del Valle Gordoa.»

En cuanto el público escuchó el nombre, el aire alrededor se congeló. Más allá del Valle Gordoa era el himno nacional del Principado de Amidonia y ella iba a cantarlo bajo la capital estando en ocupación y además enfrente del rey. Los amidonianos rápidamente se dieron cuenta del trasfondo; Margarita estaba dispuesta incluso a morir. Mientras Souma y Aisha abandonaban el escenario, una música solemne empezó a sonar. Margarita finalmente, empezó a cantar.

♪ Más allá del Valle Gordoa ♪ (Himno Nacional)

Se extiende más allá de las montañas

de Úrsula, donde el sol nació.

Es la tierra de nuestros antepasados,

aquella a la que volveremos otra vez.

Marchad, caballos de guerra

Sobre la montaña de cuerpos de vuestros hermanos,

Marchad, oh valientes guerreros

y sed unos con el suelo más allá de Gordoa.

Su voz ronca se entrelazó en un poderoso acompañamiento musical, dando a los ciudadanos de Amidonia escalofríos en la espalda. La canción de Margarita les hizo recordar nuevamente que ellos eran ciudadanos de Amidonia. Incluso a los ciudadanos de Van. Para ellos, esto era como una ola de aire frío para la flor en ciernes llamada “libertad” de Elfrieden que Souma mostraba en el programa, haciendo que el brote volviera a sus orígenes.

◇ ◇ ◇

(Que canción tan intensa…)

Me encontraba escuchando la canción de Margarita a un lado del escenario. Cuando la actuación empezó, los soldados alrededor del lugar se agitaron, pero dado que tenían órdenes de mantenerse en posiciones no importa lo que pasara con las canciones, nadie hizo un alboroto. No era difícil decir por qué se agitaron, después de todo, estaba dando a entender que atacaran al Reino de Elfrieden. La tierra más allá de Úrsula donde el sol nacía se refería al anterior territorio amidoniano (y actualmente territorio de Elfrieden) del este de las montañas de Úrsula.

Decía que marcharan con los caballos allí, lo que significaba que el himno los incitaba a que cruzaran el Valle Gordoa para llegar a Elfrieden… Cómo decirlo, debías ir tan lejos, o algo. La tenacidad de un país militar que iguala los ciudadanos es impresionante. Mientras pensaba en esto, Aisha me preguntó con una voz callada.

«Su alteza, está esto bien? Ella cantando este tipo de canción.»

«Bueno, a decir verdad, esto estaba dentro de mis expectativas.»

Respondí en voz calmada mientras cruzaba los brazos.

«Un oficial de la nación enemiga de repente dijo que quería participar en un espectáculo de música. Las razones probablemente serían [usar las transmisión para para incitar al patriotismo entre los espectadores] o [usar la oportunidad para atacarme y acabar conmigo]. Me tomé la libertad de examinar su personalidad de antemano, y predije que ella sería franca ante todo, pero como último recurso tendría que contar contigo, Aisha.»

«¿Lo sabías? ¿No deberías dejarla cantar, ¿no?»

«Dado a que lo sabía, pude desarrollar contramedidas.»

Mientras acabábamos la conversación, la canción de Margarita acabó. En cuanto terminó, la oficial se desplomó fuertemente en el lugar. Fue entonces que nos desplazamos a su lado.

«Eso es para mostrar el espíritu de un amidoniano. Adelante, puedes tomar ya mi cabeza.»

Dijo eso mientras enderezaba la espalda. Lo sabía, había aceptado morir. Seguramente incluso consideraba que acabaran con ella en ese mismo lugar. A decir verdad, si la hubiera matado, la transmisión no hubiera servido para nada. Por lo que dije con una sonrisa.

«¿Por qué? Tienes una bonita voz.»

Oyendo la inesperada sonrisa, Margarita abrió los ojos… Lo siento por tu resolución, pero no caeré por eso.

«Tienes una buena voz, suena adecuada para R&B. Me gustaría tenerte haciendo una versión de [Ano kane o narashita anata] o [comedor de serpientes] en japonés.»

Al verme decir esto tan ligeramente la mujer me miró a los ojos.

«… Acabo de cantar el himno nacional de Amidonia, ¿sabes? Si dejas pasar este acto temerario socavarás la autoridad de Elfrieden, ¿no?»

«No lo llames un acto temerario cuando eres tú la que lo ha hecho, y bueno, y si es así, ¿qué? No hay una ley en Elfrieden que diga que está prohibido cantar el himno de otro país. Ya no estamos en Amidonia.»

Miré a Margarita y acto seguido me giré para encarame al orbe de la Emisión Real.

«Qué es un buen país. La respuesta no es tan fácil. Pero al menos, creo que un país donde puedas cantar libremente es un buen país. Canciones alegres, canciones tristes, canciones de amor, canciones de otros países, canciones de guerra, canciones antimilitaristas. Un país donde puedes cantar cualquier canción es un buen país, o al menos creo yo.

Después extendí la mano al orbe. 

«Qué es lo que vosotros creéis, damas y caballeros de la audiencia?»

◇ ◇ ◇

Había una torre en el este de Van. El interior de la aguja grotesca llena de musgo se había convertido en una prisión, donde los criminales de alto standing (nobles, caballeros o por encima), residían encarcelados. Pero aunque era una cárcel para criminales de alta clase social, distaba mucho de una suite y en ella solo había una típica celda de prisión. Durante el reinado de Amidonia, a los presos políticos se los internaba allí. Eran aquellos que se sublevaban del estado o aquellos que estaban “a punto de hacerlo” que los aprisionaban allí.

“A punto de hacerlo” no tenía necesariamente algo que ver con verdaderamente haberlo hecho. Ese tipo de crimen era usualmente usado para quitarse de en medio adversarios políticos que no interesaban. Tenían mazmorras de tortura para hacer confesar de manera extraoficial, de hecho, había muchos casos donde nobles incriminados eran enviados allí, y con su familia entera, los enviaban al verdugo. Cuando uno se acercaba a dicha torre de noche, se podían escuchar los gemidos de los prisioneros que eran torturados durante el día. Es por eso que a la torre se le apodaba la Torre de los Gemidos.

En una de las celdas de la Torre de los Gemidos, Liscia y Carla estaban sentadas una delante de la otra, separadas por barrotes de hierro. Carla, en calidad de rehén de la Fuerza del Aire, estaba actualmente apresada allí. Liscia tenía en mano un receptor de la Emisión Real y lo estaba viendo con Carla. Se trataba de un espectáculo simple de música hasta la mitad, pero fue hasta que apareció el general Amidoniano que Liscia y Carla pudieron darse cuenta del propósito de Souma.

«Incluso ha incluído el general Amidoniano que trata de encender el patriotismo entre los ciudadanos…»

«Está enseñando a los amidonianos que es lo suficientemente grande como para aceptar el patriotismo amidoniano.»

«Así que Souma está diciendo a los amidonianos que pueden cantar lo que quieran en nuestro país. No, no solamente canciones. Música, literatura, pintura, escultura… Está declarando que pueden expresarse a través de cualquier arte.»

«Autoexpresión, ¿eh?…  Eso es lo que Amidonia odia más.»

En la nación militar de Amidonia era fácil tratar con las personas si todas eran iguales. De esa manera, podían anunciar simplemente el plan de acabar con Elfrieden y ganar apoyo. Si los ciudadanos eran diversos en cosas como ideas, habría gente que se pondría a favor de hacer la paz con Elfrieden y coexistir haciendo tratos comerciales. Eso era lo que Amidonia más temía. Así que en caso de que hubiera alguna persona que pensase de tal manera, harían lo que fuera para ponerle presión a esta.

Pero ahora con la muerte de Gaius VIII en batalla, la familia real había perdido influencia. Era durante ese tipo de tiempos que Souma había emitido y enseñado a la muchedumbre que existía un concepto llamado libertad de expresión, y que esa autoexpresión era legal. Si tenías algo que decir podías decirlo. Cantar las canciones que se querían, dibujar aquello que querías dibujar, explicar las historias que querías explicar. Que nadie te podía atarte para que no hicieras eso.

«Incluso si el príncipe Julio volviera a reinar, este no podría hacerlo como lo hacía anteriormente. La gente ya sabe el placer de poder expresarse libremente. Tendría que reprimir a las personas para no permitir eso.»

«Y así, perdería los corazones de la gente aun más… huh.»

Carla suspiró y se inclinó en los barrotes.

«Creo que ya sé a lo que se refería Souma con lo de [el trabajo de un rey es antes y después de la guerra]. Él… él aun está batallando, ¿verdad?»

«Luchando… Sí. Es por eso que escogió a Aisha en vez de a mí como pareja.»

Liscia también suspiró y se apoyó en las barras de hierro. Ahora las dos se encontraban sentadas una frente a la otra con los barrotes separándolas.

«Me pone contenta que no me quiera ver herida, pero estoy un poco celosa. Me gustaría que confiara en mí un poco más…»

«… Eso es a lo que llaman ser querida, ¿no?»

«Quien sabe.»

«Lo es. Dijo que no os quería que le viérais débil en batalla. Abuela una vez dijo que los hombres son criaturas cabezonas cuando se implica a aquellos que son queridos por ellos.

«E-en serio… Ah, pero, te dijo eso a ti, ¿Carla?»

«No soy alguien importante para él; lo desafié, al fin y al cabo.»

«¡Carla, Souma es…!»

Liscia se dio la vuelta pero perdió las palabras al ver a Carla. Su determinada cara usual no se veía por ningún lado, y de algún modo solitaria, tenía una faz de aceptación donde sabía cuál era su lugar.

«Lo sé, Liscia. Durante la batalla, me di cuenta de lo pesada que era la carga a sus espaldas. No es un rey falso. Es un verdadero rey. Su alteza el rey anterior y Liscia estabais en lo cierto. Fui la única en no entenderlo.»

«No puedo aceptar tu mediación justamente por eso.»

«¡Carla!»

Liscia se puso de pie y golpeó los barrotes.

«Sabes cuánto lady Walter y yo…»

«No es sobre eso, Liscia.»

A la exasperada Liscia, Carla silenciosamente negó con la cabeza. Después se abrazó las rodillas y dijo con voz tensa.

«Tengo miedo.»

«¿Miedo?»

«Sí… tengo miedo. He entendido la grandeza de Souma y por eso tengo miedo. Dejándome viva para que me diera cuenta de mi impotencia…»

Al decir eso, la chica se estremeció. Carla, quien usualmente montava dragones wyvern a altas alturas bajo una lluvia de flechas se estremeció como lo haría un niño asustado por los truenos.

«¿Impotencia?»

«Sí, impotencia. Nosotros, que tenemos sangre de dragones, tenemos miedo a la impotencia queramos o no. ¿Lo sabías, Liscia? Los dragones solo dejan a los dueños quienes confían montar en sus espaldas. Y al mismo tiempo tienen pánico de no ser de utilidad a sus amos.» NT: Impotencia se refiere a la falta de poder de lucha.

«L-lo… sabía. Enfermedades y accidentes aparte, si el dueño muere antes del dragón en batalla, el dragón en cuestión muy seguramente seguirá sus pasos.»

En realidad, Liscia pensaba que eso se trataba de un rumor; todos los caballeros alados de Elfrieden montaban wyverns, y los caballeros que hacían contratos con dragones solo existían en las montañas del Dragón Estrellado, un país que estaba en el norte. Así que es por eso que no sabía muy bien si el rumor era cierto, pero Carla se lo había confirmado.

«Eso no es todo. En caso de que perdieran las alas en batalla y ya no proporcionaran ningún uso, impotentemente, se debilitarían y morirían… Nosotros los dragonewts hemos nacido a partir de dichos dragones y los caballeros. El miedo a la impotencia todavía permanece en nuestra sange. No hasta el punto de debilitarnos y morir, pero incluso así… todavía da miedo.»

«No eres débil en ningún sentido, ¿sabes? Eres mucho más fuerte que yo.»

«Lo que Souma quería… no era un luchador, ¿verdad? Sus batallas suceden fuera del campo de batalla. No tengo lo que se requiere para seguirlo por ese camino.»

Carla dijo eso poniendo una sonrisa amarga. Al decir eso, lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Incapaz de soportarlo Liscia declaró.

«¡Pero las batallas no se han acabado! ´¡Todavía necesita la capacidad de un guerrero!»

«No… Me he dado cuenta en la última batalla. No hubo ninguna gran guerra en los tiempos del Rey Alberto. En aquel momento, el mundo se convirtió en uno que no podía cambiarse por un puñado de guerreros competentes. El liderazgo vale más que la fuerza ahora, y las guerras son ganadas por personas que pueden enviar el número correcto de soldados a los campos de batalla correctos.»

«….»

«Incluso padre tendría más utilidad. A pesar de su personalidad, tenía la capacidad de mover el Ejército del Aire como sus propias manos y pies. Lo más que podría manejar yo sería un centenar de personas.»

«¿Es eso malo?»

«Fácilmente puedes encontrar reemplazos si es a este nivel. Yo… n-no puedo ni siquiera encontrar una razón para dejarme con vida… Nunca me di cuenta que era tan inútil…»

«Carla…»

«… Si me perdonaran, este sentimiento de impotencia me devastaría. Así que déjame…»

Se puso delante de la imagen de Souma, se arrodilló y bajó la cabeza.

«Déjame humildemente aceptar el juicio del Rey.»

◇ ◇ ◇

«Muy bien, gente, ¡demos la bienvenida a la estrella de nuestro espectáculo de hoy! ¡Juma Douma con Mou hitotsu wo Ashita

Habiendo anunciado la última canción, me aparté en un lugar donde la emisión no captara mi imagen, y allí se encontraba Aisha con una mirada cautelosa fijándose en Margarita que estaba en sus rodillas. Reparando en que estaba cerca, Margarita dijo hastiadamente.

«Rey de Elfrieden, ¿sabías lo que iba a hacer?»

«Lo suponía. Hubo una persona en mi mundo que hizo lo mismo una vez.»

«Ya veo… Si ya había un precedente, eso significa que mi fracaso es un regalo.» 

Bueno, aunque era una película. Era un musical más o menos viejo, pero a mi abuelo fallecido le gustaba mucho y lo miraba una y otra vez. Puse mi mano en el hombro de la oficial.

«Tu expresividad y voz que no hacía ningún uso en el ejército militar de Amidonia son realmente excelentes. ¿Qué dices? ¿Te gustaría ser cantante para nuestro país? En calidad de cantante de R&B.»

«Por tales cálidas palabras para un general enemigo, lo siento enormemente. No sé lo que es un cantante erre y be pero creo que estaría bien para un fracaso de soldado como yo.»

«Sí, queremos cuantos más cantantes mejor. Estás bienvenida.»

Mientras decía eso, la sombría sonrisa de Margarita se convirtió en una rígida.

«… Déjame pensarlo por un tiempo.»

◇ ◇ ◇ 

[Bosquejo de personajes: Margarita Wanda]

 En ese momento Margarita Wanda dudó contestar, pero después haría su debut como cantante R&B en Amidonia. Su ronca voz era el aspecto interesante de su voz cantora y entre el público de edad mediana y mayores fue muy popular. Además, su valentía y honesta carácter que rivalizaba a los hombres fue recibido por la audiencia, y mucho después se convertiría en la presentadora de varios shows, convirtiéndose en un pilar del mundo del espectáculo de Elfrieden.

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