Genjitsushugisha no Oukokukaizouki vol 3 español episodio 0

Capítulo 0 – La santa doncella del Imperio

El Gran Imperio del Caos era un país sin igual entre las naciones del continente en términos de población, potencia de guerra, tecnología y prosperidad entre sus gentes. Incluso comparado con el segundo más extenso de área sin tener en cuenta el territorio del Rey Demonio, Elfrieden, el Imperio mantendría su poderío ya que podría arrasarlo sin ningún problema. Si Elfrieden por algún motivo pensara en librar una guerra contra el Imperio, requeriría de dos a tres veces el poder nacional que tenía, aun anexionando la totalidad del Principado de Amidonia (aunque por el momento solo ocupaba la capital). A decir verdad, esta suposición podría tomarse como verdadera si únicamente el Imperio luchara; si además se enemistara con los aliados del Imperio, sería una certeza que perdería su lugar en el continente.

Probablemente, la única cosa en la que el Gran Imperio del Caos era inferior a Elfrieden era en la longevidad de su historia, ya que el Imperio fue formado un poco después. A finales de la Etapa Caótica, donde hubo muchas razas del continente que lucharon entre sí provocando que algunos países alcanzaran poder repentinamente, Elfrieden construyó una nación variada a nivel racial. Por otro lado, el Reino del Caos en aquel momento se sometió en una dictadura; el rey era el gobernante absoluto y además el poder solo estaba concentrado en manos humanas.

En aquellos tiempos agitados, fueron los países centralizados como este los más fuertes. Debido a que las decisiones eran tomadas por un solo hombre y podían aplicarse de inmediato, el Imperio pudo ser capaz de responder a las situaciones más rápidamente que otros países. Cuando la Etapa Caótica acabó, el Reino del Caos se mantuvo como uno de los mejores países en comparación con los demás, pero aun así era uno de los muchos que competían por la dominancia absoluta, así que no había forma de saber que llegaría a ser lo que es hoy en día. Se dice que el gran cambio comenzó hace unos cien años, cuando nació un héroe en el Reino del Caos.

Manus Caos. El hombre que más tarde se llamaría el Emperador del Caos. Manus en aquel momento nació como el segundo hijo del Rey, pero heredó el trono cuando este y el primer hijo fueron asesinados en medio de una guerra con el Reino de Euforia al noroeste. Cuando Manus subió al trono, todos esperaban venganza contra el Reino Euforia, pero Manus no actuó así. Por difícil que pueda parecer, tomó como esposa a una hija del rey de Euforia y estableció relaciones familiares con ella. Incluso cambió su nombre a Manus Euforia, por lo que podría decirse que bajó por completo la guardia con respecto al reino de su mujer.

No pocas rebeliones ocurrieron dentro del Reino del Caos debido a esto, pero Manus fue un prodigio en asuntos militares y reprimió a todas y cada una de  ellas. Sí, el prodigio militar Manus entendió que en realidad no había clara diferencia a nivel de poder nacional en comparación con el Reino de Euforia en aquel entonces. Si hubieran acudido a la guerra eso solo habría significado agotar los recursos del país. Lo que significa que el plan era primero usar a Euforia para acabar con los países pequeños circundantes y una vez ya en clara ventaja de poder, acabar con el país que le había traído tanta desdicha.

En verdad, una vez conquistados los pequeños países y obtenido el liderazgo en el poder a nivel internacional, Manus se vengó atacando a los padres de su esposa. No obstante, podría haberse sentido un poco culpable, dado que siguió manteniendo el nombre de Euforia [ps2id id=’1v’ target=»/][1]. Después de la caída del Reino de Euforia, Manus continuó sus agresivas guerras y en poco tiempo se convirtió el Reino en un gran país que controlaba la parte occidental del continente. Desde aquel momento, el Reino pasó a ser Imperio.

La aparición de una nación tan grande sacudió no solo a los países adyacentes al Imperio. Esta es una historia de tiempos posteriores, pero una de las razones por las cuales Elfrieden adoptó políticas expansionistas bajo el antepenúltimo Rey se debía a la ansiedad ante la amenaza inminente del Imperio. El mundo ya había progresado hacia la cooperación, pero ante la amenaza que representaba el Imperio, la única cosa correcta era fortalecer la potencia militar del país. Sin embargo, al no tener la habilidad de Souma, el antepenúltimo Rey, al tomar posesión de la mitad de lo que era el territorio del Reino de Amidonia, fue apuñalado por uno de sus servidores debido al sufrimiento causado por el empobrecimiento provocado por el expansionismo irrazonable. Después, la familia real luchó entre sí por el derecho al trono [ps2id id=’2v’ target=»/][2] y se llegó a una aniquilación casi total de los individuos pertenecientes a esta. Al final, la madre de Liscia, que todavía era una niña en ese entonces, sobrevivió evitando todo posible conflicto y heredó el trono. Al tomar al mediocre Alberto como esposo, de alguna manera calmó al país.

Volviendo al Imperio, aunque este tenía la visión de unir el continente después de haber ganado gran poder, la persona más crucial, Manus, murió a los cincuenta años cuando todavía era un hombre capaz de mucho. Hubo teorías acerca de un posible asesinato, pero la verdad es que cayó en enfermo. Después de la muerte de Manus, la situación del Imperio se volvió dudosa. A menudo ocurre incluso en la Tierra que un país construido por una persona con un carácter fuerte colapsaría una vez que dicha persona falleciese. El imperio de Alejandro, el imperio mongol, Qin China… Imperios que surgieron demasiado rápido y ni siquiera duraron tres generaciones antes de desmoronarse. Gran Caos no era diferente.

El segundo emperador, debido en parte a los subordinados cercanos de Manus que todavía estaban vivos, mantuvo un reinado constante. Cuando el tercer emperador llegó al trono, sin embargo, esos subordinados habían abandonado hacía ya un tiempo sus cuerpos mortales; al ser una nación de superioridad humana, no tenían vasallos de otras razas que pudieran sostener a varias generaciones de gobernantes como Ecksel. Por eso, el tercer Emperador libró muchas guerras sanguinarias para ganarse el apoyo de sus vasallos, demostrando a los que estaban dentro y fuera del Imperio que seguiría intentando heredar el proyecto de Manus de unir el continente.

Sin embargo, esta guerra que ocurrió hace unos sesenta años creció a escala global, llevando muchos países a la ruina. Para eso, el Imperio no fue una excepción; los gastos de guerra fueron más altos de lo esperado empobreciendo el país y, contrariamente, causaron que el Emperador perdiera apoyo. Las revueltas se hicieron frecuentes en el Imperio, y durante una de ellas, el tercer Emperador cayó en manos de bandidos y murió. El daño causado por el tercer emperador deseoso de heredar el proyecto de unir el continente ha sido dicho cínicamente por muchos que a consecuencia de eso el mundo cambió al camino de la cooperación.

El cuarto emperador que heredó el trono del problemático imperio abandonó el camino de la unificación y concentró sus esfuerzos en los asuntos internos. Se dijo que había sido un movimiento inteligente, pero esta vez recibió desdén de los nobles por ser demasiado conservador. En el entonces en que estaba el quinto emperador reinando, el imperio había perdido ya el poder unificador y estaba considerado de estar al borde del colapso en el futuro cercano.

No obstante, hace unos diez años, lo más inesperado sucedió: la aparición del Territorio del Rey Demonio. El Imperio perdió gran parte de sus territorios del norte ante la embestida de grotescas criaturas, incluido el antiguo Reino Euforia. Lo mismo, sin embargo, se pudo decir sobre otros países; esta situación requería que el lado humano se uniera. La tarea de líder se encontró en el país más grande y más poderoso militarmente. Como resultado, el Imperio pudo evitar la disolución.

Incluso después de que el Imperio se convirtiera en el líder del lado humano, el Ejército Rey Demonio los obligó a luchar duramente, en parte debido al hecho de que el lado humano no tenía las fuerzas militares bien cohesionadas. El quinto emperador para más inri, era un hombre que no sobresalía en asuntos de guerra. El extraño campo de batalla se llevó por delante su cuerpo y cordura y como resultado murió hace cinco años. El quinto gobernante no tenía hijos, por lo que el trono le correspondió a una joven de catorce años.

María Euforia. Actualmente de diecinueve años, es la actual Emperatriz del Imperio del Gran Caos [ps2id id=’3v’ target=»/][3]. Hubo muchos que dudaban en darle el trono a la chica joven que era entonces, pero después de que fuera entronizada, exhibió un carisma natural.

En primer lugar, cambió las políticas centradas en el ser humano y comenzó a nombrar a personas talentosas de otras razas para puestos. Si hubieran sido tiempos de paz,  seguramente habría habido oposición de los humanos, pero ahora estaban en estado de emergencia debido a la amenaza del Ejército Rey Demonio. El rango y el honor son cosas que uno solo puede mantener si está vivo así que sus políticas, que estaban bien adecuadas al espíritu de la época, recibieron apoyo de la gente.

De las políticas que María instituyó, una de las más importantes fue la defensa de la Declaración de la Coalición de la Humanidad contra la raza demoníaca o la “Declaración de la Humanidad” dicho cortamente. Básicamente consistía en un llamado a un frente común de toda la humanidad contra la amenaza inminente del Ejército Rey Demonio. Con tres puntos principales que son: [no permitir ningún cambio de fronteras debido a guerras o operaciones militares], [respetar los derechos de igualdad y autodeterminación de todas las gentes en todas las naciones], y [para los países lejos de la frontera con el Territorio del Rey Demonio, apoyar los baluartes que son los países que están cerca del Territorio]. La Declaración de la Humanidad fue revolucionaria y no solo creó un frente común en contra los ejércitos del Rey Demonio, sino que también implicó el cese de guerras y la prohibición de la discriminación de etnias raciales.

Además, María se dedicó a ayudar a los necesitados. Su delicado y bello rostro que conmovía todas las gentes fueran pobres o ricas por lo que ganó sobre los corazones de las personas y de alguna manera en el camino consiguió la apelación de la Santa doncella del Imperio.

◇ ◇ ◇

La santa doncella del Imperio andaba encorvada con desaliento por su habitación en la capital imperial Valois. Era de noche y la joven con una figura corporal muy femenina envuelta en vestido blanco y cabello ondulado dorado holgazaneaba junto a la ventana, donde la luz de la luna se filtraba en la habitación sin luz. Con la mirada melancólica que profesaba nadie podría haber imaginado que estaba en la cima del país más poderoso del continente. Y mientras miraba la luna que brillaba alegremente, suspiró otra vez.

Justo en ese momento, llamaron a la puerta de la habitación. María se enderezó y admitió la entrada.

«Discúlpeme»

Una chica abrió la puerta y entró, ataviada con un uniforme militar. Era la viva imagen de María; la única diferencia radicaba en que su pelo largo estaba atado en una cola y, además, su mirada era más galante. Sin ninguna duda, ella era la hermana dos años más pequeña de María, Jeanne Euforia. Jeanne se paró frente a su hermana e hizo una profunda reverencia.

«Yo, Jeanne Euforia, en calidad de comandante suprema, se dirigirá a la capital del principado de Amidonia por el momento»

Jeanne informó. Poseía un talento tal que consiguió el apodo de «el nuevo Manus», y actualmente era la primera en la línea de descendencia del Trono Imperial. No solo eso, dado que además, era la jefe en funciones de la totalidad del ejército. Al dividir el trabajo —los asuntos administrativos para María y los militares para Jeanne— las hermanas eran capaces de administrar la ingente cantidad de trabajo que causó que el emperador anterior colapsara. A propósito, las hermanas tuvieron otra menor, pero debido a había rumores de que era una extraña excéntrica, esta no aparecía en público. Jeanne le dijo a María en tono de disculpa.

«Ya veo… Irás a conocer al Héroe, ¿no?»

«…Sí. No me gusta que los Amidonianos nos estén utilizando, pero tenemos que negociar el regreso de Vannes que está actualmente bajo ocupación»

Jeanne hizo una mueca como si acabara de morder un bicho amargo. Hacía unos días llegó un enviado del Príncipe Julio de Amidonia y declararon de manera absoluta:

«La ocupación de Vannes por Elfrieden es un desafío contra las naciones signatarias de la Declaración de la Humanidad, dado que se ha violado el acuerdo de no cambiar las fronteras nacionales. Le pedimos con todo respeto a Su Alteza María Euforia como líder que de alguna manera nos ayude a recuperar Vannes del rey de Elfrieden»

Por supuesto, el Imperio sabía que el Principado de Amidonia fue el primero en actuar, así que por eso era posiblemente el culpable de que la situación hubiera discurrido de la manera actual. Cuando se le preguntó sobre eso, el enviado dio la excusa desafiante de que «era el anterior Príncipe Gaius el que había actuado por su cuenta y no había escuchado al Príncipe Julio cuando lo reprendió, así que el príncipe Julio no tenía nada que ver». Jeanne escuchando su tono de voz insolente quiso con todas sus fuerzas desenvainar su espada para arremeter contra el mensajero, pero como representante del ejército imperial, se retuvo y aceptó las palabras. Así fue como ella se convirtió en la responsable de las negociaciones.

Aunque la culpa recaía en el Principado, tuvo que defender la Declaración de la Humanidad porque era la misma dignidad del Imperio. Esta fue una decisión muy mortificante para María.

«Lo siento, te he he hecho sentir incómoda»

«¿Pero qué estás diciendo? Eres tú la que lo está pasando peor, hermana mayor. Me aseguraré de que Julio Amidonia pague por esto»

Oyendo a Jeanne escupir sus verdaderos sentimientos, María trató de convencerla con la mayor calma posible.

«Creo que va a estar bien. El nuevo Rey Souma de Elfrieden es un hombre sabio por lo que escuché. No pienso que sea tan tonto como para librar una guerra contra nuestro país»

«Ah, ¿sí? Pero si ya le exigimos anteriormente y ni caso…»

«Es cierto… Es posible que hayamos dejado una mala impresión de nosotros en él»

Hace aproximadamente medio año, el Imperio entregó una demanda a Elfrieden por la causa de «dinero de apoyo para la guerra contra los demonios», y en caso de que no pudieran enviar el importe, se agregó una cláusula adicional que demandaba la utilización del ritual de invocación de un héroe, así que como pago, dicho héroe sería el sustituto del dinero. Al final, debido a la difícil situación financiera en la que se encontraba Elfrieden, se eligió convocar al héroe. Y dicho héroe es actualmente el Rey de Elfrieden. Hubo muchos puntos confusos en los sucesos, como por ejemplo por qué el Rey Alberto fácilmente le entregó el trono, pero el héroe Souma pudo acabar con la situación financiera fácilmente y entregó al Imperio el dinero requerido.

Después de eso, el Rey Souma resolvió los problemas alimentarios, purgó a los Tres Duques que se rebelaron e invadió la capital del Principado de Amidonia aprovechando la falta de protección que había debido a que los ejércitos estaban concentrados en invadirlos a ellos. Él era un hombre de aproximadamente la misma edad que María, pero incluso así, fue capaz de hacer todo eso en poco tiempo.

Era un talento excepcional que ella hubiera querido incluso si no fuera un héroe. En realidad, en vez de Julio que solo hacía lo que placía, pero por culpa del incidente del Imperio requiriendo su persona, las relaciones amistosas parecían imposibles. «No obstante…» María inquirió, sin abandonar su esperanza.

«…Basándome en lo que he escuchado, creo que lord Souma es una persona muy razonable»

«¿De veras? Creo, a pesar de ello, que tú y lord Souma os llevarías como el agua y el aceite, hermanita»

Jeanne, sin embargo, contradijo su opinión. Gracias a todos los informes que había leído sobre Souma, no pudo evitar sentir que él sería el oponente de María en el juego. Si estuvieran en la invasión del territorio del Rey Demonio y María hiciera un llamado a la humanidad para que hubiera unión, Souma haría caso omiso y se haría valer de sus propias fuerzas. Además, en los momentos donde María respetase las leyes y las convenciones, incluyendo los momentos más difíciles, actuando como una verdadera emperatriz, Souma consideraría que la autoridad Real, los Tres Duques, las leyes y las convenciones eran simples herramientas y haría uso de ellas en calidad de sus sensibilidades, haciendo alusión a la frase de: «si se puede usar, lo usaré, si no, lo tiraré».

Maria que se mueve por el razonamiento de las cosas y Souma que se mueve por los sentidos. En otras palabras, la idealista María y el realista Souma. Jeanne pensó que los dos nunca podrían entenderse. [ps2id id=’4v’ target=»/][4]

«Creo que los dos os estáis encaminando en direcciones opuestas…»

Dijo así Joanne. María mantuvo una mirada en blanco por unos instantes, pero luego sonrió.

«Dios mío, si los dos estamos encaminándonos en direcciones opuestas, entonces eso significa que si nos juntamos, no tendríamos puntos ciegos, ¿verdad?»

Diciendo eso con una sonrisa pícara, María se veía dulce incluso para su hermana.

 

☾☽☾☽☾☽☾☽☾☽☾☽☾☽☾☽☾☽☾☽

 

[ps2id id=’1′ target=»/][1] Incluso hoy en día la familia real sigue llevando el nombre de Euforia.

[ps2id id=’2′ target=»/][2] Los tres duques de aquella época no quisieron intervenir en la lucha y se recluyeron en sus territorios.

[ps2id id=’3′ target=»/][3] El título de Emperador estaba reservado a los hombres, por lo que se debía instituir uno nuevo.

[ps2id id=’4′ target=»/][4] María hace las cosas basadas en cómo ella piensa que deberían ser, mientras que Souma las hace en base a cómo él ve que las cosas son.

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