Con la fotodepilación definitiva se consiguen resultados más duraderos y eficaces que con cualquier otra técnica aplicada. Además de resultar menos dolorosa, reduce al máximo los efectos secundarios y mejora la elasticidad de la piel.
La forma de aplicación es mediante una energía lumínica que es absorbida por la melanina del folículo. Este es dañado por el calor que recibe e inmediatamente después queda destruido completamente.
Se puede tratar cualquier zona sin ningún tipo de problemas, siempre que se haga por facultativos médicos con formación adecuada. Las más frecuentes son: espalda, ingles, piernas, axilas, rostro, tórax y areolas.
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