Jacques Heim fue quien en el siglo XX bautizó como bikini a este inusual traje de baño en honor a Atolón Bikini, uno de los tantos arrecifes de las islas Marshall, en el pacífico central. Este lugar es reconocido por ser ideal para bucear por su riqueza natural y se hizo famoso en la década de los cuarenta cuando Estados Unidos lo utilizó como lugar de pruebas nucleares.
Pero el Bikini dejó de ser el referente de esos hechos para convertirse en el nombre de la prenda más sugestiva de la moda. Así fue como los primeros diseños en papel de una ropa diminuta pasaron a la tela y de la tela a las primeras modelos que escandalizaron a la sociedad de la época.
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