Consejos de como Armonizar y Elegir Vinos
La gastronomía se identifica con la cultura de un pueblo y Portugal no es una excepción.
Armonización
Porque beber vino es también un acto de cultura, haciéndolo parte de la gastronomía, ambos socios refuerzan su identidad cultural.
Cata de vinos
Nunca podremos olvidar, que la armonía entre el vino y la comida es una parte obligatoria del placer de estar en la mesa.
En términos gastronómicos, el vino es importante en la cocina, no solo porque es parte integral de la comida, sino también porque es un agente que potencia los sabores de la buena comida.
Desde hace mucho tiempo se establecen unas normas, conocidas por todos, que dictan que un plato de pescado se debe servir con vino blanco, que los mariscos piden vinos blancos verdes o ácidos, que las carnes se acompañan de vinos tintos y que con los postres se sirven más o más. licor menos dulce o vinos espumosos.
Cómo elegir el vino adecuado
En los vinos blancos, el sentido común asocia su consumo con harinas de pescado. En la mayoría de los casos es cierto, pero no siempre. Por tanto, nada de generalizaciones apresuradas, porque en sus diversos estilos, el vino blanco es una bebida versátil, apta para las comidas más diversas.
Cuando se trata de vinos tintos, no todos son iguales, como los blancos, y tampoco las carnes son tu único acompañante en la mesa. En un vino tinto, la edad puede ser un indicador del tipo de alimento al que está destinado, pero es un indicador muy falible. Es que, dependiendo del año de cosecha, variedades de uva, productor, etc., tenemos vinos viejos y cansados; y nuevos vinos ligeros y suaves y otros vinos con cuerpo y taninos. La regla de oro es que no existen reglas rígidas: cada caso es diferente y es importante conocer el vino específico elegido para acompañar un plato en particular.
La buena combinación de un plato y un vino se llama armonización, y actualmente, las nuevas tendencias argumentan que el consumidor debe tener la libertad de crear, en la selección del vino para acompañar la comida.
Dicho esto, y sin olvidar que es fundamental elegir el vino según el plato, es posible trazar un conjunto de pautas básicas que ayudarán a sacar el máximo partido a los vinos y a valorar su combinación con cualquier plato.
Aunque la armonización no permite reglas estrictas, existen pautas básicas que contribuyen significativamente al éxito de una comida.
1. Combine la comida ligera con vinos ligeros y suaves, y la comida pesada con vinos pesados y fuertes.
2. En una comida, el vino blanco viene antes que el vino tinto y el seco antes que el vino dulce, antes que el vino potente. Por supuesto, hay excepciones (como el foie-gras, servido con un blanco dulce al comienzo de la comida), pero no invalidan el principio general.
Por lo tanto, las sugerencias a continuación se aceptan tradicionalmente, pero de ninguna manera son obligatorias.
3. Como aperitivo, el mejor es el que puede estimular nuestro apetito por la comida. Puede ser un vino espumoso crudo, un Madeira seco, un Oporto blanco seco o, por qué no, un vino blanco fresco y afrutado, con el que continuaremos durante la comida, hasta el plato de carne.
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