¿Cómo saber cuándo un vino tiene defecto?
No serás la primera persona ni tampoco la última que, tras haber abierto una botella de vino haya pensado alguna vez que era defectuoso. Es sin embargo muy posible que no haya hecho nada al respecto, y que haya bebido el vino sin que éste le guste… En ocasiones no es fácil detectar un defecto, en otros casos sí.
¿Trucos para detectar defectos en el vino?
¿Hay trucos que podamos usar? Es una cuestión complicada. Para una persona que no sea experta, pero que beba habitualmente vino, si su intuición le dice que hay algo raro, lo más probable es que ese vino tenga defecto. Esperamos que, si esto ocurre, y detecta un defecto en un vino, no sea tras haber pagado una gran cantidad por uno de los mejores vinos de España que haya pensado probar. Es una lástima tener un defecto en un vino que se va a probar, pero es especialmente doloroso cuando se tienen muchas ganas de probar un vino concreto….
La timidez, un problema
Casi nadie devuelve el vino en un restaurante o en una tienda. La razón es sencilla: una mezcla de timidez y falta de certeza. “Tal vez el vino sea así, como no soy experto….”
Una vez vimos una persona en un restaurante que devolvió un vino hasta tres veces. Escuchando a esa persona y al sumiller, se podía entender que el cliente en cuestión buscaba impresionar a sus compañeros de mesa… Nuestro consejo: no busque elevar su autoestima de esta forma, resulta ridículo, además de absurdo. Esto no es óbice para pedir el consejo del camarero o sumiller cuando usted piense que su vino no está bien.
Defectos habituales. Olor a corcho
¿Cuáles son los defectos más normales o típicos en un vino? El primero de ellos es el olor a corcho. Cuando un vino huele a corcho, o que le recuerda al olor que tiene el cartón mojado. ¡Este defecto no se debe a que haya caído corcho en el vino! Sino que se debe a un moho que se adueña del corcho y que afecta a todo el vino. Si le sirven un vino con este defecto a corcho y usted cree que el vino está malo, le recomendamos que espere un poco. Mueva la copa del vino y el defecto del vino se hará más evidente, y lo será más aún pasados unos minutos. Si tiene alguna duda espere un poco antes de comentarlo al camarero. El defecto de corcho es uno de los más fáciles de aprender y detectar. Tras hacer un curso de cata de vinos de no mucha duración se suele ser capaz de identificar este peculiar olor.
Se han hecho muchos esfuerzos en las bodegas por terminar con este defecto del vino, pero aún hoy hay entendidos que citan la estadística de una de cada quince botellas con este problema… pero como decimos, casi nadie se queja.
Gusto avinagrado en el vino
Otro defecto típico del vino es un sabor avinagrado. El olor a vinagre lo identifica prácticamente todo el mundo, y es fácil de detectar cuando un vino lo contiene… Es evidente que no puede ser tan obvio como en el vinagre que usamos a diario, pero sí lo suficiente para detectarse. ¡Si tiene dudas, pida un convoy y huela el vinagre!
Olor a manzana podrida en el vino
Otro olor a defecto es el de manzanas podridas… Se trata de un defecto que aparece cuando el vino se oxida.
Poso en el vino
En ocasiones hay vinos donde se observa un cierto poso. Esto no debe confundirse con un defecto, sino que es muy posible que sea incluso una virtud del vino: el productor no ha querido “limpiar” en exceso el vino para evitar que de esta forma se pudieran perder muchas de sus cualidades.
Para aprender identificarlo, nada mejor que dejar una botella de la que quede un poco de vino abierta unos días. Eche el vino entonces y aprenderá a identificar este defecto del vino causado por la oxidación.
En más de una ocasión hemos tenido que devolver vinos que habían refermentado en la botella. Esto puede ocurrir si el productor ha parado la fermentación antes de tiempo y no ha estabilizado o protegido al vino de manera suficiente. El resultado es un vino que parece moverse en su boca, y con un sabor muy extraño.
Resumiendo…
En resumen, ¿Qué hacer si piensa que su vino tiene un defecto? Nuestro consejo es siempre dejar pasar unos minutos y, una vez confirmada su primera impresión, no ser tímidos y decírselo al camarero o sumiller, de una forma natural, sin pretender dárselas de entendido. Es mejor intentar describir lo que cree que no funciona: no basta con decir que el vino no le gusta, tendrá que decir que el vino tiene algo raro, ya sea que huele a corcho, o que está muy ácido (tal vez le hayan corregido de forma artificial la acidez) o que huele a moho, a vinagre o un poco a podrido.
Siempre será mejor disfrutar de un vino en su casa o en un restaurante, que no quedarse con la impresión de que ha pagado una buena cantidad de dinero por un defecto. Cuando se cata vino en una visita a bodega, es más difícil detectar los defectos: el olor de la bodega es tan abrumador que enmascara muchos olores, y los defectos deben ser más evidentes que de costumbre para que se puedan detectar.
Saber de vino: entender mejor el vino
Para disfrutar del vino no hay que ser un experto. Aunque cuanto más aprendemos de algo, más lo disfrutamos, ¿verdad?
Por eso, queremos dar algunos datos que consideramos importantes sobre el vino:
Cosas importantes sobre el vino
El vino es un producto natural: La fermentación es un proceso que tiene mucho de poesía y de magia… el azúcar natural del fruto se transforma en alcohol y así nace el vino. Si quieres puedes también mirar algunos aspectos sobre la historia del vino.
Hay muchos ‘vinos’ en el vino: Cualquier paladar puede notar diferencias muy notables entre diferentes tipos de vino, en función de la variedad de uva, el clima donde se cultivó, el saber hacer de la bodega, etc.
Maridar vino y comida: Combinar bien el vino con la comida es todo un arte, pero eso no debe echarnos atrás. Lo mejor es aprenderlo con la práctica. La idea es que los sabores del vino y la comida se refuercen, en lugar de ‘contrarrestarse’.
Catar un vino: No hace falta ser un experto para catar un vino, es suficiente con aguzar nuestros sentidos para captar mejor sus características, y tratar de describírnoslas a nosotros mismos (con nuestras propias palabras si hace falta). Poco a poco iremos distinguiendo más y más cosas. Breve guía de cata de vino.
Escoger el mejor vino: No siempre el vino más caro es mejor. Comprar un vino caro nos asegura cierta calidad, pero no siempre es la mejor opción. Depende mucho de nuestros gustos y de la situación en que lo vayamos a consumir. Por eso es importante cultivar nuestro propio criterio a la hora de valorar un vino.
¿Qué tipos de vino hay?
Vino tranquilo: Tinto, blanco o rosado. Sin burbujas y con menos de 15º de alcohol.
Vino espumoso: Cava, Champagne y otros. Obtienen las burbujas gracias a una segunda fermentación en botella.
Vino gasificado: Incorporan gas artificialmente, como un refresco. Por ejemplo, el Lambrusco.
Vino licoroso o generoso: vinos de más de 13º 0 14º de alcohol, a muchos se les añade más alcohol. Suelen ser dulces (moscatel, Pedro Ximénez, Oporto, etc.), pero también los hay secos (fino, manzanilla, amontillado, oloroso, etc.).
Temperatura de servicio del vino
El vino tinto entre 16º y 18º C. Si la temperatura ambiente es superior… tendremos que enfriarlo en una cubitera con hielo y agua.
El vino blanco entre 12º y 16º C. Consérvelo en la nevera, y sáquelo un poco antes de consumirlo (luego se calienta rápido).
Los espumosos, a unos 8º. Recién salidos de la nevera y mantenidos en cubitera con mucho hielo.
Vinos generosos o licorosos se sirven aún más fríos. A 5º o 7º si son secos, y a 4º o 5º si son dulces.
4 elementos que impactan en la calidad del vino
La tierra: El suelo aporta características específicas al vino.
El clima: Cuanto más cálido, más potente será el vino, y tendrá más cuerpo y más alcohol. Y cuanto más frío, más ácido y refrescante.
El varietal o tipo de uva: La variedad de uva es fundamental a la hora de determinar el carácter de un vino. Para entender mejor el mundo del vino es necesario pensar también en términos de varietal. Guía de varietales.
La elaboración: Una vez obtenida la uva, el saber hacer del enólogo es determinante para obtener un vino de calidad: la temperatura de fermentación, el proceso de filtrado y clarificación, la posible mezcla de varietales, el tipo de barrica utilizada para la crianza, etc.
Crianza y evolución del vino:
En la barrica de roble el vino obtiene taninos y aromas de la madera, que le dan mayor complejidad. Además, la madera tiene pequeños poros que dejan pasar oxígeno, con lo que el vino también va envejeciendo. Sólo los vinos con mayor estructura y concentración pueden aguantar periodos largos de crianza.
En la botella, el vino se redondea y perfecciona. Después de unos 5 o 10 años en botella (en función del vino) el vino llega a su mayor grado de calidad, luego la calidad del vino empieza a decaer lentamente.
La buena compañía es lo más importante para disfrutar de un buen vino.
Si a ello se añade el lugar hermoso que suele conformar un viñedo y una bodega, la combinación es perfecta. Es ésta la propuesta del enoturismo: nada mejor que salir unos días a una de nuestras regiones productoras y hacer maridaje de sus vinos, sus paisajes y su cultura y sus gentes.
Regalar vino es sin duda también una buena opción. El vino es una bebida que se bebe en compañía, y darlo como regalo es prueba de amistad. Son muchas sin duda las ideas para hacer especial un regalo de vino; desde pensar en la añada, el origen del vino o preparar su envoltorio de una forma especial, como todo buen regalo merece… descubrir la sorpresa es fundamental para hacer de ésta algo especial (que no sea simplemente una botella convertida en regalo para salir del paso)
Vino y salud. El resveratrol
Mucho se ha escrito y mucho se seguirá escribiendo sin duda sobre la relación entre vino y salud. Hay estudios contradictorios y en ocasiones es complicado extraer una opinión definitiva sobre el tema. Intentamos aportar algo de luz a esta relación…
Paradoja francesa y el arte de vivir
El consumo de vino en EEUU debe mucho a la paradoja francesa. El tema generó gran revuelo mediático y el consumo de vino en el país norteamericano, tan ávido de modas, comenzó a crecer. La razón: los franceses vivían más a pesar de tener una dieta más grasa. ¿Por qúé? Lo podéis imaginar. El debate sobre vino y salud debe mucho a esta paradoja. Más allá de este debate importante, es posible que también tengáis la pregunta de cuánto alcohol queda en una receta en la que se usa vino. Podéis encontrar más información sobre este tema siguiendo el anterior enlace. Bueno, nos ponemos con el tema de la salud.
¿Beneficios del vino para la salud?
Muchos de los beneficios para la salud asociados al vino tinto se derivan del resveratrol, un componente antioxidante que podemos encontrar en la piel y las semillas de la uva. Durante la fermentación el mosto está en contacto con piel y semillas y es debido a este proceso que el resveratrol se encuentra en el vino en alta concentración y, derivado de esta concentración, surgen todos los estudios que asocian salud y vino, con una alta correlación que parece indicar algún tipo de relación.
El resveratrol
El Resveratrol es un polifenol con propiedades antioxidantes que neutraliza la acción de los radicales libres. El stress o la contaminación son aliados a la producción de radicales libres. Los radicales libres producen oxidación en un organismo, y de aquí que sea responsable del envejecimiento o la degradación de organismos. Frente a esto, resveratrol, gracias a sus efectos antioxidantes, tiene el efecto de neutralizar a los radicales libres.
La paradoja
La conocida como paradoja francesa dio luz a las virtudes del vino tinto, y del resveratrol en particular. Esta paradoja mostró como la población francesa, que consume grandes cantidades de queso y mantequilla, pero también de vino tinto, tenía un número muy inferior de enfermedades cardiovasculares en su conjunto que otros países.
Luces y sombras
En el año 2006 El Harvard Medical School realizó un estudio que concluyo que ratones con una dieta calórica pero con consumo de altas concentraciones de resveratrol ganaban menos peso y tenían menos problemas cardiovasculares que los ratones que no consumían resveratrol. Otros estudios, como es lógico, han seguido a éste para aportar más datos y luz a los beneficios del Resveratrol. Un estudio llevado a cabo en la Universidad John Hopkins concluyó que niveles altos de resveratrol podían ayudar a proteger el cerebro durante un infarto cerebral. Parece que hay suficiente evidencia positiva respecto a los efectos del Resveratrol.
La pregunta siguiente es cuánto vino hay que tomar para notar este beneficio, y si el consumo derivado no acaba por ser contraproducente. Hay estudios que evidencian resultados positivos con el consumo de un vaso de vino diario, mientras que hay otros estudios que indican que habría que consumir litros diarios para poder tener resultados positivos por resveratrol, lo que significaría simplemente un exceso de consumo, negativo globalmente para la salud. Podemos decir que no hay suficiente evidencia para concluir en una u otra dirección, pero siempre queda la paradoja francesa para hacernos pensar que no podemos estar haciendo mal, sino más bien lo contrario, bebiendo una copa de vino tinto al día.
¿Se puede evitar la resaca?
¿Cómo evitar la resaca?
Nos tememos que evitar la resaca puede resultar demasiado pretencioso. Para empezar hemos de tener en cuenta que borrachera y resaca son dos conceptos que van seguidos en el tiempo y siempre en ese mismo orden. Una borrachera es, ni más ni menos que la intoxicación que genera una ingesta excesiva de alcohol etílico y cuyos efectos son de sobra conocidos. Lo peor llega unas horas después de dicha ingesta, en los que empiezas a sentirte fuertemente mareado, con un dolor de cabeza insoportable, con nauseas, zumbidos, sequedad bucal y en definitiva, un gran malestar general.
¿Cómo evitar este sufrimiento? Ya hemos dicho que no hay recetas milagro. Lo mejor es que NO te pases con la bebida. Fundamental es NO mezclar, las impurezas que acompañan al alcohol etílico son las causantes de la resaca y no el alcohol en sí mismo. Prepara tu cuerpo para que no dañe tu estómago y para ralentizar la absorción del alcohol: siempre comer antes de beber y comer mientras se bebe. Y ya puestos que la comida NO sea rica en grasas NI que la bebida lleve cafeína. Hay que beber agua abundante y si es posible acabar con un vaso de leche porque ésta ralentiza la absorción del alcohol.
No hemos hecho caso a estas recomendaciones y ya no queda otra que padecer la resaca (o el resacón). No hagáis ni caso a las leyendas urbanas: lo primero es no beber nada de alcohol. Podemos tomar un zumito si no tenemos el estómago irritado. Algo ligerito de comer, cafetito con leche, y salir a que nos dé el aire… Y si no hay más tu tía, habrá que ayudarse con un paracetamol o si la resaca es muy potente, con un ibuprofeno (siempre usar protector estomacal para este medicamento). Sin duda alguna, nuestro mejor consejo está, como en todas las cosas de la vida, en la moderación
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