Genjitsushugisha no Oukokukaizouki vol 3 español episodio 3

Capítulo 1 – Proyecto Lorelei C

Un poco después de que el programa acabara, el receptor puesto en una esquina de Van mostró una pareja constituida de un hombre y una mujer. El hombre era un joven muchacho que vestía un esmoquin negro mientras que la mujer era una joven elfa ataviada con un vestido rojo. En contraste con el varón que tenía una posición magnífica, la mujer tenía un aspecto muy tenso. En aquellos momentos, alguien de la audiencia musitó: «ehm… ¿no es ese hombre el rey del Elfrieden?» y en respuesta, aquellos que habían visto el ejército de Elfrieden entrar en Van dijeron cosas tipo: «¡es verdad! ¡lo ví cuando entró!» o «¡ese es el rey de Elfrieden, Souma!» o «no me equivoco, ¡sin ninguna duda es él!»

Sin saber que era el tema de conversación Souma puso una gentil expresión y se puso una cosa de unos veinte centímetros de longitud con un final redondo cerca de la boca y comentó sin muchos miramientos.

«Buenas tardes. Las canciones acompañan el mundo y el mundo acompaña las canciones. Hay canciones  que se repiten a lo largo de los siglos…»

«E-espera, ¿qué hay con esa frase? Eso no es lo que hemos ensayado, ¿verdad?»

Parece que lo que dijo era improvisado, lo que confundió a la joven muchacha.

«Soy el presentador de este espectáculo, Souma Kazuya»

«Yo, ¡yo soy Aisha Udgard!»

«Calma, Aisha, no te pongas tan tensa. Sonríe, sonríe.»

«Su Alteza también, ¿por qué habla tan cortesmente?»

«Bueno, soy el presentador. No puedo pretender ser superior porque sea el rey, ¿verdad?»

«¡Pero justamente ahora has vuelto a tu tono normal cuando has dicho eso!»

«Ups, mea culpa»

Souma hizo una broma ligera donde Aisha era el chivo expiatorio. Un elfredoniano los  hubiera  mirado cálidamente con una sonrisa, pero  la gente de amidonia mostraba caras de perplejidad. Habían oído que Souma había ingeniosamente derrotado a Gaius VIII y valientemente acabado con él, así que no podían asociar ese sabio rey con el joven hombre que se burlaba de la elfa oscura que aparecía en la emisión.

«Su majestad el príncipe perdió contra eso

«Lo sé, debe estar intentando que bajemos la guardia!»

«Pero por qué? Van ya se ha rendido, ¿no?»

«Bueno eso es porque… Mm, ¿me preguntó por qué?»

Lejos de los boquiabiertos residentes de Van, Souma continuó con su presentación.

«Esta emisión se convertirá en el primer espectáculo musical de Elfrieden. Hemos reunido chicas con diferentes tipos de voces para esta retransmisión. Estas tres, son magníficos talentos, exactamente aquello que llamaría Lorelei.»

Ese fue el momento donde el término que era el equivalente en este mundo de idol, lorelei, fue concebido.

«Este programa ha sido hecho para aliviar la carga del trabajo después de un día duro. Por favor, oíd las canciones de Lorelei hasta el final y ‘relajaos’.»

«¿Por qué has hecho la última palabra monótona?»

«No te preocupes. Bueno, te toca decir la próxima frase, Aisha.»

Impulsada por Souma, Aisha nerviosamente continuó.»

«Umm…  tenemos tres cantantes hoy, pero Elfrieden actualmente está contratando aquellos se muestran orgullosos de su voz. M, myananywyoya…»

«Aisha, la pronunciación.»

«C-cállate, por favor. Um… Hombres y mujeres de todas las edades, auto recomendados u otros también son permitidos.

«Ehm, ciertamente queremos hombres también. Pero no podemos llamar a los hombres Lorelei, ¿verdad? ¿Cómo los deberíamos apodar? ¿…Tritones?

«Ya hay un monstruo con ese nombre. No hace falta que esté relacionado con el mar, ¿no? Ah, um… cualquiera que esté orgulloso de su voz y que ame cantar puede tratar de conseguir el trabajo en una sucursal Lorelei cerca de la ciudad donde vivas.»

«¡Lorelei tiene sucursales!?»

«¿Por qué está sorprendido, su majestad?»

«Ehm, a decir verdad he dejado todo lo relacionado a las audiciones a Juna…»

«Por cierto, la sucursal principal está en ciudad Laguna.»

«¿¡La que hay en Parnam es una sucursal!?»

Alguien en el público de Van soltó una risita mientras Souma replicaba. Automáticamente se tapó la boca dado que pensó que podría caerle una paliza. Ese era el porqué en la plaza de Van había sido envuelta en aire tenso desde hacía un tiempo. Sin saber la tensión que se respiraba en Van Souma prosiguió.

«Muy bien. Llamémoslas. La primera Lorelei es una loli legal que parece una niña pero es un adulto en realidad, ¡Pamyu Carol!»

«La cosa favorita de lady Pamyu es darse siestas después de la sobremesa, pero últimamente se ha sentido muy bien y ha dormido hasta en las mañanas, y después en el… um, ¿su alteza? ¿Es esta información necesaria?»

«Bueno, ¡escuchemos de Pamyu Carol Koi no Dig Dug

Al decir Souma eso, una melodía más o menos despreocupada sonó. Al mismo tiempo, la emisión  proyectó la imagen de un balcón en un gran salón. Allí se encontraba una adorable chica joven que se asemejaba a una niña de doce años vestida en un vestido con muchos volantes. Pamyu se puso las dos manos sobre su pecho y comenzó a cantar con una voz similar a unas campanas que hacía juego con su apariencia.

Una muchacha adorable cantando con una voz adorable. Viendo el espectáculo, la gente de amidonia pensaron que era muy mona, pero no comentaban acerca de si la canción estaba bien o mal, simplemente se encontraban perplejos. La Emisión Real estaba mostrando una niña joven cantar. ¿Era real la escena que estaba sucediendo delante de sus ojos o no?

«Pero qué hay con esa niña. Es muy mona.»

«Sí, bueno, es mona… ¿Pero está bien usar la Emisión Real de esa manera?»

«No me preguntes. ¡Como si lo supiera!»

«Lord Gaius nunca lo hubiera usado por algo frívolo.»

«¿Es eso normal en Elfrieden?»

Conversaciones de esa naturaleza fueron intercambiadas por todo el lugar. Es esta la diferencia entre las culturas de Elfrieden y Amidonia? Era el rey de Elfrieden el que produjo la transmisión? La gente de la ciudad de Van recibió un gran impacto.

«Ya veo… Nos encontramos en Elfrieden, ahora.»

Alguien de la audiencia musitó eso. Esa despreocupada frase se extendió por todo el público como el agua.

«Van es parte del territorio de Elfrieden, ¿no?»

«Bueno, eso es lo que “ocupación” significa, supongo.»

«¿Lo que significa que ya no estamos en Amidonia?»

«¿Huh, así que no hay problema con enseñar este tipo de emisión…?»

Mientras tanto, en un lugar diferente de las gentes confundidas de Van, la transmisión continuó. Pamyu cantó su canción hasta el final esparciendo su encanto y entonces volvieron al escenario.

«Y esa ha sido Pamyu Carol con Koi no Dig Dug. Debo decir… la música es muy agradable, ¿verdad~?»

«Me preguntó por qué. Estaba pensando “eso es música, ¿no?” a mi pesar.»

«Bueno. Continuando con la siguiente canción, tengamos un talento cantar una canción llena de espíritu. Su mejor parte es el volumen que tiene, que viene a raíz de cantar salomas en lugares infestados de hombres. La muchacha con orejas de gato nacida en el Archipiélago del Dragón de Nueve Cabezas, Nanna Kamidzuki.»

«El sueño de Nanna es poder comerse un atún entero, su comida preferida, dado que nunca pudo hacerlo en el mar por culpa de ladrones de comida… um, ¿es esto realmente, verdaderamente necesario?»

«¡Que empiece Love song sagashite de Nanna Kamidzuki!»

«Ah, así que vas a dejarlo como está…»

«La siguiente cantante en aparecer era la vivaz con orejas de gato, Nanna Kamidzuki, vestida de rosa claro. Sus sanas extremidades intencionadamente expuestas por su top sin mangas, los shorts y su ombligo, hacía que sacara para fuera su carisma que era encantador, incluso a pesar de su androginidad. Cuando Nanna empezó a cantar saltó del balcón.»

«¿Qu-?»

«O-oye…»

Esa escena hizo que la audiencia aguantara la respiración; probablemente no era algo ensayado. Notaron que el orbe rápidamente se movió. Su melodiosa voz siguió oyéndose pero por unos momentos Nanna no se mostró en la transmisión. Cuando finalmente volvió Nanna parecía estar disfrutando bailando en las escaleras de debajo. Haciendo que la audiencia suspirara en alivio, la gente a medida que pasaba el tiempo, fue cautivada por su música y baile.

«¡Bien por ti, muchacha! ¡Más!»

«¿La canción es buena, eh? Es vivaz y brillante.»

Habiéndose acostumbrado a la segunda actuación, aquellas voces se oían de la gruesa multitud en Van. La joven chica disfrutaba bailando y cantando. Cada hombre que la viera también disfrutaría. Inesperadamente, sin embargo, las mujeres de Amidonia se mostraban más impactadas que los hombres. Su atención se centraba en el estilo de Nanna.

«¿No tiene frío llevando eso?»

«Está bien porque está en un interior, ¿no?»

«Pero ir vistiendo así… ¿No está preocupada que los hombres le piropeen desde lejos?»

El Principado de Amidonia era ante todo un país militar. Era esperado que los hombres fueran fuertes antes que nada, y las mujeres, modestas, que los apoyaran cuando fuera necesario. Por esa razón, a parte de ocasiones formales, el conjunto femenino no tenía permitido vestir con ropajes diferentes a los usuales. La razón era que al hacerlo, atraerían a los hombres creando una fuente de debilidad, lo que era problemático. En caso de que no dijeras nada acerca de esa ropa y mostraras tanta piel podrías llegar a ser arrestada por ir en contra de la moral pública.

«Supongo que no la arrestarían en Elfrieden.»

«Al fin y al cabo, es otro país. El rey parece muy amable, también.»

«… qué guay.»

Pero mujeres que querían ser bellas y que querían vestirse seductoramente existían de un lado al otro de las fronteras y razas étnicas. Querían algo como parecido al vestido de volantes de Pamyu y el atuendo que llevaba Nanna ahora. Si pudieran, también les gustaría cantar y bailar mientras llevaban eso. Los ropajes encendieron una llama en los corazones de las amidonianas. Especialmente aquellas que vivían en Van.

«Así que ya no nos encontramos en Amidonia, ¿verdad?»

«¿Eso significa que nos podemos vestir como queramos?»

«Sí, ¿no? De todos modos los soldados enfadados han abandonado la ciudad.»

Acabó siendo este el tema de conversación. Cuando la vivaz canción de Nanna acabó, un aplauso estalló del público. Nadie se preocupaba acerca de que Souma intentara ganárselos. Así de tanto disfrutaron del espectáculo. En acabar la canción, la emisión se desconectó. Probablemente debían estar tratando de poner el orbe a su posición original. Después de un tiempo la transmisión reanudó mostrando las sonrisas irónicas de Soma y Aisha.

«… Hemos sobreestimado la animosidad de Nanna.»

«… Lo podrías decir de nuevo.»

«Nunca había pensado que en una época donde hacer manzai con un micrófono (que era vulgar) habría alguien que introdujera cincuenta y cinco legendarios esqueches a raíz de una sobrerreacción donde tú saltas fuera del marco de la cámara… Dios mío, Nanna Kamidzuki, no pensaba que fuera una chica tan aterradora.»

«¿De qué estás hablando? ¿Y por qué lo has dicho de forma afeminada?»

«Volvamos al programa. Y ahora el momento que habéis estado esperando… Finalmente llega el turno a la Prima Lorelei, la lorelei de la que está más orgulloso nuestro país.»

«Lady Juna lleva siendo popular desde que apareció en la primera retransmisión, ¿verdad?»

Pensándolo bien, Juna Douma se había convertido en la top uno de cantantes de Elfrieden desde la segunda transmisión. Se dio a conocer cuando hubo la ceremonia de entrega de premios del Encuentro de Talentos para ganar tiempo para escuchar a Tomoe, y además se convirtió en la encantadora presentadora del Repartimiento de Alimentos, así que su fama ascendió a la cima. Juna encaraba aquella popularidad con una sonrisa irónica añadiendo: «aunque soy un oficial comisionado de la marina…»

«La Asamblea General me envió una petición a fin de que continuara transmitiendo la voz de Juna cantando, lo que me extrañó bastante.»

«Uwaa… mm, lady Juna antes buscaba té para los hombros rígidos… aquellos que tienen tanta popularidad lo tienen difícil, ¿verdad?»

«… Bueno, escuchemos la canción de Juna Doma Luces ~ Haruka naru Tabidachi»

«¿Qué ha sido la pausa de hace un momento?»

La pantalla que mostró a Souma mirando a un lado mientras que Aisha lo miraba a él desapareció, y en su lugar apareció la peliazul belleza Juna Doma. Llevaba un pedazo de tela alrededor de la parte superior de su cuerpo mientras que la parte inferior estaba compuesta de unos pantalones blancos acampanados que se apretaban en sus tobillos. Tenía una velo delgado que tapaba su cara, haciéndola parecer una bailarina extraída del mundo de las mil y una noches. Su belleza cautivó tanto hombres como mujeres en la audiencia, y cuando su voz finalmente sonó, los ciudadanos de ambos países se tragaron las respiraciones.

El público supo a lo que Souma se refería con Prima Lorelei. La voz de Juna no era como la de Pamyu que era única. Sin embargo, la entonación desbordante de poder expresivo abrasó en las memorias de todos aun más de lo que lo hizo Pamyu. También, aunque el volumen de su voz era mucho menor que el de Nanna —que pertenecía a un poblado de pescadores— su entonación con gracia caló mucho más profundamente en los corazones de todos. La audiencia estaba convencida, Juna Douma no tenía igual en la historia, la número uno Lorelei de su época.

Los miembros de Amidonia fueron completamente hipnotizados por las tres cantantes. Así que la Emisión Real podía ser tan divertida, pensaban. En ese punto, a nadie le importaba si eso significaba que Souma se los había ganado o no. Se sabía que era una expresión sobreusada, pero la música era el arte de disfrutar sonidos. Así que es por eso que nadie se dio cuenta de las intenciones de Souma.

Solo había una excepción.

◇ ◇ ◇

«Ese rey… juega sucio.»

En una plaza en el pueblo fortaleza Nerva al sureste de Amidonia, una persona que estaba entremezclada en la audiencia así murmuró. Dicho sujeto estaba escondiéndose al llevar una capa con capucha y además, su expresión era ilegible. Lo que estaba claro era que comparado con otros miembros de la audiencia era un pelín más pequeño y que era mujer juzgando por el tono de voz. Al lado de la mujer, se encontraba otra persona que iba vestida del mismo modo que ella aunque el nivel de estatura era más alto —aunque medía la media de un adulto alto hombre—. Le preguntó a ella.

«Jugar sucio, ¿eh?»

«Sip, sucio. Rápidamente hace que lah personah se den cuenta de lo que padre leh había quitao. Julio ya no puede ehperar recuperar suh derechoh nunca máh.»

Bueno, aunque eso podría ser orientao pa’ lah personah… la chica encapuchada se encogió de hombros. El sujeto a su lado la miró con confusión.

«Em, pricesa. ¿Qué es lo que su Alteza Gaius les ha quitado?»

«¿Qué podría seh? Eh evidente que eh la libertah, Colbert-han.»

La muchacha encapuchada era la hija de Gaius VIII, Roroa Amidonia. Su compañero era el ministro de finanzas que a la par de Roroa, se estaba escondiendo. La chica señaló la emisión.

«Nunca pensaríah que Amidonia fuera a utilizah la Emisión Reah de esa manera, ¿verdad? Vihtiendo a mujereh bonitah y dejando que loh muchachoh se emocionen por ellah… A padre no le guhtaba propagar ese tipo de debilidad, ¿sabeh? Pero ese rey quiere enseñar a la gente que sí permite eso…»

«En otras palabras, les ha dado libertad.»

Colbert respondió, a lo que Roroa aplaudió, eso eh, exactamente.

«Eso mismo. Eh por eso que juega sucio, ya que la libertah eh “gratih”. Souma no haría ningún daño permitiendo que loh ciudadanoh sean libreh, pero una veh intentemoh recuperáh el territorio, todoh lucharán a fin de recuperar la libertáh.

¿Creeh que mi hermano dará libertah dehpuéh de haber prehtao el poder del Imperio? Y, claro, él se encargará de la hente que se rebele, haciéndolo todo un caoh…»

«¿Qué? ¿Crees que Souma ha previsto incluso la pérdida de Van?»

«Eso eh lo que me parece…»

«……»

Colbert abrió los ojos. Esa pequeña niña frente a él, que si le quitabas la capa se parecía a un pequeño tanuki lindo, fue posiblemente capaz de adivinar el objetivo de Soma que se llevó a Gaius VIII por delante. ¿Si el príncipe de Amidonia hubiera sido Roroa, no hubiera acabado todo muy diferentemente? No hay duda alguna. Percartarse de ello enfadó a Colbert. Sin embargo, la persona misma no le dio la más mínima importancia.

«Bueno, a decir verdad, no eh un enemigo que padre pueda ganah. Eso eh porque padre no conocía otra cosa que er campo de batalla. Fuh, mira que se lo dije un montón de veceh que si no ehtimulábamoh el consumo y no revitalizábamoh la economía seguiríamoh igua’ que siempre, pero nunca me ehcuchaba…»

Al escuchar a Roroa hablar angustiada, Colbert apuntó nerviosamente.

«Ehm… Princesa… Sobre su padre…»

«Ah, no te apeneh por él. De todah manera ni siquiera yo ehtoy trihte.

El otro día Amidonia fue aplastada en batalla por Elfrieden y para más inri le llegó el mensaje a Roroa que su padre Gaius VIII había sido asesinado por el rey de Elfrieden Souma Kazuya. Pero a diferencia del preocupado Colbert, Roroa agitó su mano.

«Lo que sí me pregunto eh por qué cuando supe que padre había muerto no sentí nada en absoluto. Al fin y al cabo no pude llevarme bien con esoh doh…»

«Princesa…»

«A decih verdah, tengo que decir que ehtoy máh impactada por el hecho que no ehtoy trihte. Máh que ehtar enfada con Souma por haberlo matao, tengo curiosidah sobre él. La forma en que restauró ese país anticuao y la forma en que usó la Emisión Real… Me pregunto cómo era el mundo en el que vivió anteh de venir aquí. Quiero ir a verlo… Colbert-han, ¿creeh que soy fría?»

Un par de ojos inquietos se asomaron por debajo de la capucha. Esos ojos llorosos se veían como un cachorro abandonado. Al ver a Roroa así, Colbert lo negó con la cabeza. ¡No!

«La princesa no es como Gaius, ¡usted sí que pensaba en beneficio de este país! Por eso sientes cercanía con Souma que también pone a la gente por encima suya, a diferencia de Gaius o Julio que ponen la ideología antes! ¡Ese es el verdadero signo de que usted es la verdadera princesa de este país!»

Colbert siguió hablando sin parar, y aquella princesa que debería haber tenido la cara de un cachorrito, aseveró:

«¿De verah? Guíame, pueh.»

Entonces soltó una risita.

(¡¿Eh, espera… ¡¿fueron lágrimas de cocodrilo?!)

A decir verdad, incluso el gentil Colbert se enojó, pero se contuvo, dado que había la posibilidad que realmente no fueran lágrimas falsas. Esa chica era capaz de actuar como si estuviera triste o actuar como si no lo estuviera a pesar de que realmente lo estaba. Solo Roroa sabía lo que había dentro de su corazón. Colbert la había conocido lo suficiente como para entender eso, siendo una de las pocas personas que compartía su sentido económico. Por eso se abstuvo de decir nada.

Mirando a Colbert, Roroa sonrió. Lo tomó del brazo y comenzó a caminar.

«Vamoh, tenemos que apresurarnos también. Soma se está moviendo mucho más rápido de lo que me pensaba».

«¡Sí! ¡De acuerdo!»

Mientras caminaba, Roroa volvió la cabeza hacia atrás. Vio la cara de Soma en la proyección y sonrió.

No voy a dejah que te eches un polvo con ehte país y luego salgah inmune. Me voy a cercioráh que tomes la debida responsabilidad. ¡Prepárate, Souma♪!

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