Todas las legumbres deben cortarse en pequeños trozos y ponerse a blanquear durante unos minutos en agua hirviente y salada, no habiendo inconveniente en poner todas las legumbres juntas. A continuación, se escurren muy bien y se cubren con vinagre hirviendo, dejándolas así un día entero. Después de estas veinticuatro horas, se escurre el vinagre y éste se vuelve a hervir y se deja que se enfríe. Mientras tanto, las legumbres se van colocando en los frascos y cuando el vinagre esté frío, se...
Hay que seleccionar los pimientos que estén muy sanos y que tengan un tamaño intermedio. Se limpian muy bien con un paño y se colocan en un tarro de barro bien juntos y apretados, echando sobre ellos: dos guindillas, cuatro dientes de ajo y veinticuatro granos de pimienta. Esta proporción es para doce pimientos. Sobre ellos se coloca un trozo de corcho con un buen peso encima, que obligue a los pimientos a mantenerse en el fondo y por algún pequeño hueco se les va echando vinagre hasta que...
Hay que elegirlas muy pequeñas y blancas, quitándoles las primeras hojas y poniéndolas a continuación en salmuera. Pasado ese tiempo, se les quita la sal y se echan en los frascos, cubriéndolas totalmente con vinagre, al que se agrega un poco de sal y orégano. Los tarros se cierran herméticamente y se dejan sin abrir durante treinta días, al cabo de los cuales, las cebollitas estarán en perfectas condiciones de ser comidas.
Hay que buscarlos muy pequeños y frotarlos con un paño, con el fin de eliminar toda la pelusa y los granitos. Se lavan muy bien los tarros donde se vayan a guardar y a los pepinillos se les corta un poquito de los extremos. Se introducen en los tarros y se mezclan con ellos: hinojo, laurel, estragón, unos dientes de ajo y cebollitas muy pequeñas. Se añaden unos puñados de sal y se cubren totalmente con vinagre fuerte y bueno. A continuación, tapamos bien los tarros.
Se llama encurtido a todo fruto o legumbre que se conserva en vinagre y toma su sabor. De esta forma, podemos conservar pepinillos, cebollitas, judías verdes, puntas de espárragos, coliflor, zanahorias, rábanos, etc. Para su conservación se utilizan vasijas de cuello corto y ancho que tengan tapas que ajusten muy bien.
Se hierve un litro de leche hasta que quede reducido a tres cuartos. En un poquito de leche se diluye una cucharadita de yogur, que se vende en las farmacias, añadiéndolo a la leche sin dejar de remover hasta que forme grumos. Cuando esté tibio se pone en unos tarros pequeños de cristal o porcelana, dejándolos doce horas en sitio caliente. Pasado este tiempo, ya está listo para tomarlo. Si se quiere hacer más yogur en días sucesivos, se empleará una cucharadita de éste que hemos obtenido, pero...
interesante artículo… en lo particular no me gustan las legumbres, pero habrá que probarlas!